12.19.2006

Metrallo en el trasero del mundo

ODA AL TURISMO
del juicio final
serán exonerados
porque también ese día
estaban apenas de paso.
JOSÉ PAULO PAES
Una vieja melancolía me llevó a sentarme en un parqueadero de camiones y buses a orillas de la Calle Colombia. Era un atardecer limpio y una buena cerveza fria parecía razón suficiente para aplacar la angustia de encontrarme de nuevo en una ciudad ajena. Esa vieja melancolía que al parecer no era otra cosa que la de querer regresar a un lugar imposible en el cual sentirme propio. Tal vez sea cierto el desarraigo del cual me acusa -y se acusa de paso- el viejo José Hernán. Un desarraigo debido a un movimiento tal vez no intencional de la inteligencia que nos llevó a la incómoda posición de no pertenecer a ningún sitio y que, como el poema de Kavafis, nos condena a no encontrar la salida huyendo a otra ciudad. Tal vez no se trate de ser demasiado cosmopolitas, sino todo lo contrario, entendernos lo suficientemente provincianos como para sentirnos inseguros de ocupar un lugar en el mundo. Más provincianos que cualquier parroquiano poseemos conciencia de un vasto mundo que no nos pertenece. Al frente de la vitrina donde reposan las papas fritas y los chitos de hace un año me arrepiento y pido una coca-cola en cambio de una cerveza. El tipo me mira extraño, pero me entrega la botella con desagrado. Por mi parte, me siento como un nuevo aborigen. De vuelta a un estado involutivo, perteneciente a una tribu incórporea y tecnológica, dotado de ritos que me conceden una nueva mitología, una visión del mundo tal vez precaria pero llena de sentido: también aspiro ese plano de trascendencia: tal vez, algún día, poder ser parte de la noosfera y comulgar enteramente con Dios, en su seno, renacido y lleno de gracia. Idiota convencido? Seguramente. Cualquiera que viva, cualquiera que colabore con este mar de crueldad llamado Ser Humano debe ser un Idiota Convencido. La cuestión de los discursos y la justificación siempre es a posteriori. Al frente mío, un tipo de mal aspecto entretiene a dos chicas. La una tiene un bebé entre sus brazos. La otra permanece cerca a la primera, como cuidando del bebé, o cuidándose ella misma. No tardo mucho en descubrir que la euforia del tipo obedece a los efectos obvios de la cocaína. Lo miro con recelo, no me siento con ganas de causar problemas en este lugar. Joder, habrá algún sitio en el que uno no cause malestar? El tipo se percata de mi existencia y me mantiene al margen, como esperando un mal movimiento de mi parte para liberar la tensión de la coca. Seguramente le fastidia mi pose afeminada bebiendo coca-cola pero no lo ve como motivo suficiente para armar la gresca. Un chico de unos 16 años se acerca a la mesa y entabla una conversación rápida con el envalado. El envalado lo deja a la espera un par de segundo mientras besa a la chica del bebé en brazos y le brinda un pico a la mejilla a la otra chica. Lleva al adolescente afuera, a la avenida y hablan con agitación. Se devuelven y van al lugar de la vitrina sucia de papas fritas y chitos viejos. Intercambian un par de palabras con el tipo de la tienda y se sientan de nuevo los dos en unas sillas rimax donde siguen la frenética charla. Las chicas se quedan en silencio, tristes, como con una pregunta en medio de sus ojos. Se devuelven a verme y las miro respetuosamente, desvio la mirada al sentir al paisa envalado regresar. Me vuelve a observar, como tratando de averiguar mi verdadera intención en ese lugar. A la mierda, no tengo que ver nada en cualquier mierda que se esté cociendo en este lugar ahora y no quiero terminar en el suelo por una estúpida confusión de un tipo alterado con la droga. No tarda en llegar un hombre de unos 40 años, con un bigote cómico y unos ojos asesinos. Pago la coca-coca, el tipo me tira las vueltas con evidente fastidio y me largo a caminar por la Calle Colombia hacia el Éxito. Son las 6 de la tarde, el cielo oscurece y el asfalto huele a tierra caliente. Obediente paso por el peatonal, tirado un indigente me pide plata. Paso encima de su pierna muerta. Me siento como un vampiro que ha perdido su noche por ir tras el secreto del crepúsculo. Tarareo una canción de Moonspell mientras observo la peregrinación de los buses hacia peores barrios, con su gente en medio, tantos sueños, tanta locura reunida en un mismo traste. Tal vez me sentiría mejor si me tocara tomar también a mí uno de estos feos buses, si tuviera un sitio seguro al cual ir en esta ciudad desconocida. Si en el trayecto entablara una conversación con un vecino o el sueño me cazara en medio de un caluroso embotellamiento. Entro al Éxito y me conforta el aire condicionado. Busco con la mayor prisa el baño. Al salir del baño, con una risa notable entre labios, me dirijo al vestier a arreglarme el cinturón que me ha quedado demasiado apretado. En el vestier hay un tipo que convida a un muchacho a medirse una ropa interior: es para mi hijo, sabes, es como de tu contextura. El chico parece quedar aterrado y el tipo le insiste: vienes solo, amigo? porque no te he visto con tus papás. Me asquea la situación y me provoca soltar un tubo de la cortina del vestier y metérselo culo arriba al pervertido, pero veo que el chico sigue el juego, sonriente, sabe bien a qué atenerse y sigue el juego. Jodido mundo. Me siento a tomar un tinto al frente de dos damas que en su juventud debieron haber enamorado a más de uno. Ser maricón en Medellín debe ser lo más de sencillo. Ves a la chica que te rompió el corazón hace una década sentada en el café Oma, sin que siquiera se percate de tu existencia, tus ojos desesperados y luego te seduce un mariconcito complaciente de 9 años en el vestier. No soy nadie para juzgar el corazón de otros.

12.05.2006

Inferno

Salgo de mi casa después de las 20:00. Es viernes entonces se respira un olor a frenética actividad humana, puestos de arepas, panaderías, las tiendas están abarrotadas de gente que bebe cerveza como si no hubiera un mañana. Es probable que no lo haya. Camino unas cuadras y tomo una buseta hacia el centro. Hedía espantosamente, un olor acre se suspendía en el aire como una niebla toxica. Joder, olía a culo, a obrero poco aseado, no tengo nada contra los obreros pero la higiene de muchos de ellos me espanta. A las pocas cuadras el ayudante del conductor, cuyo genotipo ya especifiqué, aunque en este caso era un muchacho no mayor de 15 años, nos pregunta a los únicos pasajeros, un tipo de unos 35 con una chaqueta de dril y gel en el pelo, y a mi, hasta donde íbamos “joder, dice centro, voy para el centro”. “ah, es que vamos varados”, me contesta. Nos devuelve el dinero, nos bajamos protestando y yo camino unas cuatro manzanas hasta la próxima avenida, a esperar el primer bus que pase. En el camino me topé con un grupo de adolescentes que, al parecer, salían de su grado de bachiller, prácticamente niños con corbata acompañados de adolescentes, casi niñas también, maquilladas como prostitutas, o mas bien como el cliché que se tiene de ellas, y vestidas con faldas increíblemente cortas para su edad y el frío que hacia. Finalmente pasa el bus, después de esperar unos diez minutos, pero el tipo resulta increíblemente lento y pocas cuadras después la rabia comienza a arder en mi estomago y murmuro por lo bajo blasfemias aprendidas hace una década. Al cruzar la avenida 30 se suben tres tipos por la puerta de atrás, yo hablaba por el móvil y uno de ellos, el que acercó a pagar, mira, no a mi, sino al puto teléfono. Yo lo miro, el idiota sigue hacia atrás y se sienta un par de puestos detrás mío.

Cruzando la 10ª una señora, que estaba sentada en la parte de atrás, corre hacia la cabina del conductor, algo gritaba pero no entendí que decía: volteo a mirar y uno de los tres tipos estaba forcejeando con un muchacho de unos 25, bien vestido y de buen aspecto, seguramente un galán en su barrio, y el tipo arremetía con un cuchillo mientras otro le gritaba al conductor que se detuviera o rompía el vidrio de alguna ventana. Los tipos saltan del bus antes de que este se detenga totalmente, el muchacho camina hacia delante y le digo, pregunta estúpida, “¿le hicieron algo?” el muchacho dice “si, me cortaron”, y se quita la chaqueta y del brazo izquierdo le manaba sangre como si fuera una puta fuente, golpeo con los nudillos en la ventana de la cabina y le grito al conductor “parce, rápido, que a este man lo chuzaron, a unos dos cuadras hay un Cai!” y el conductor se asusta y yo estaba aterrado de cómo sangraba el muchacho, en menos de tres minutos había dejado casi un litro de sangre regado dentro de la buseta, y no se me ocurrió vendarlo, puta mierda, tampoco tenia con que, y de alguna forma procuraba no acercármele, que no fuera a salpicarme la ropa. El conductor avanza las dos cuadras, no se si el cabrón aun esperaba que se subiera alguien porque seguía lento y yo gritaba histérico que el muchacho que iba a desangrar, abre la puerta de atrás y le grito a unos soldados que llamaran a una patrulla que acaba de pasar, que hay un tipo apuñaleado en el bus. El muchacho se baja, veo que tiene una cortada en la espalda, sobre el omoplato izquierdo, y otra en el costado derecho, aunque ninguna sangraba demasiado. A los pocos segundos aparece una moto de la policía, después otra, le preguntan al muchacho que le pasó, a mi no deja de angustiarme la forma en que sangra, los tarados le dicen que camine hasta el Cai, y el pobre desgraciado les hace caso. Un tipo valiente, caminar una cuadra después de sangrar de esa forma, subo al bus y veo los charcos de sangre brillante en el asiento y en el piso del bus, el conductor me sube a otro y me largo de la zona. El resto fue comer pizza, tres cervezas, medio paquete de Marlboro y Ladytron, pero eso es otra historia.

Y me doy cuenta que el infierno en Bogota no es un amanecedero en la avenida Caracas lleno de travestis donde los clientes hacen líneas de cocaína en la mesa, ni una pelea entre pandillas de el Quiroga y las Lomas, ni los baños de un rave donde un tipo se chuta heroína, ni la reunión de la junta directiva del Country Club, la ceremonia de santería en algún oscuro consultorio de un brujo en Chapinero o un container donde los indigentes fuman bazuco. O mejor, el infierno es una condición emergente en toda la ciudad, como si Bogotá fuera un trozo viviente y palpitante de él.


11.30.2006

Erbitterung Zeitstung: Las vías ocultas de la humillación

Tomado de: Arthur Jeffares, Trends in Musical Theory. Ag/2006

Alguna Vez, Patrice Roanne Guiscard - ese omnívoro comentarista de Von Rosenthal y Hoffmansthelthal- se refirió a la humillación como una falencia innecesaria en la mitad de la vida. Posiblemente los miembros de Erbitterung Zeistung, hubieran rechazado con enojo sus postulados. Pues del mismo modo que para Foucalt - al decir reduccionista de Kroyd - "Todo es política y para Freud todo es sexo en sus innumerables variables (1)" la obra de Erbitterung Zeistung, es una constante apropiación de la humillación y de la mezquindad en su contexto más humano y subjetivo.

Surgidos del núcleo de la escuela experimental de Diseño de Leipzig y fuertemente influidos por las teorías estéticas de Stanislav Bodor , el colectivo Erbitterung Zeistung son y serán un referente único y monolítico en la historia musical de Occidente. Al pensar en ellos me imagino un Bach, un Schoenberg, un Cage o quizás una fusión de todos ellos - opinaba al respecto el inestimable critico Eugene Aristide Bruyant (2) .

Con el postulado en mente : "Demoler las nuevas estructuras sonoras" el joven estudiante de diseño Pavel Boststask trataba de convencer en 1982, al músico y productor experimental Lothar Clausell sobre la necesidad de formar un colectivo-transgresor de sonidos. Boststask nacido en 1960 en Lubeck, quería aplicar las teorías estéticas del crítico checo Stanislav Bodor, a la creación artística. "Ya que había fallado en el diseño, me decidí por la música. La más fantasmagórica de las artes." Para Bodor "Es necesaria la transformación del ego por medio de la interfase sonora, del acto-repulsa hacia los conglomerados de cotidianeidad/sofisticación presentes en el acto/escucha del lenguaje sonoro, donde lo sonoro no se limita a lo intrínseco de lo musical, si no también al habla, a los sonidos perpetuos de las factorías y los aeropuertos, a las emisiones sonoras animales y vegetales, a la reverberación del espacio interestelar..."(3). Clausell acogió con entusiasmo, la idea de Boststask y juntos deciden publicar en el magazín universitario, un manifiesto de 17 puntos donde establecían su programa: "No buscar lo nuevo, no lo fascista, no lo reduccionista, ir mas al allá al colectivo-transparente." "El sonido no es sonido, es molestia", "ser los sacerdotes de una modesta estética" "todo es humillación en el diario fluir de la mente." (4)"

Pronto se uniría a ellos Thomas Halsinborg ( percusión y ondas martenot) y Hanno Kroger (guitarra , teclados, diseño de sonido). "El nombre Erbitterung Zeistung, era el más lógico, el más simple que podíamos encontrar, puesto que la humillación diaria (aquí como una deformación idiomática), es el leitmotiv de la existencia moderna. Queríamos mostrar al resentimiento y la humillación como una sublimación sonora...(5)

Y es que la humillación, como también ha predefinido Bodor (6), esta presente en todos los actos de la vida," en el sin-sentido del nacimiento y de la muerte, en los años escolares, y las pre-manifestaciones de lo erótico en la etapa ano-fecal, en la interfase adolescencia-adulto, en el desprecio por la neoburguesía (por parte del proletariado) y de la deferente representación acto-conciente del amo por sus trabajadores alienados."

Example
Stanislav Bodor, en 1998

El primer álbum de la banda Angriff (1984), les valió la completa aclamación de la critica avant-garde alemana. No es solo el simbolismo del odio como humillación, sino también los extraños ambientes electrónicos y atonales, próximos a lo más exquisito de Berg y Messian. Seguirían luego,
Gestalt, (1987) y Eitnamung aus Berlin (1991) El primero una inquietante reflexión sobre el destino político del bloque socialista, justo antes de la caída de la RDA. El segundo una visión más comprometida sobre el futuro de la joven Alemania. Sobre Eitnamung se refirió Bodor como (7) "una dinámica de retroalimentación sonora entre la performatividad tecnológica y la configuración del nuevo orden occidental." Pues es evidente que tras la caída del orden soviético, y el nuevo orden del computador, el mundo se sumiría durante casi una década en una situación de Angst, confusión, falta de identidad, y valores en la juventud. No es solo el grunge seguido por la patética banalidad del britpop y la fiestas rave lo que denunciaría Erbitterung, sería un llamado de atención a la inminente decadencia de occidente. El mismo Bolstack diría en una entrevista que " Hubo una época en la que todos querían follar con William Borrughs, ahora todos quieren follarse a Kurt, en diez años todos querrán follar conmigo, pero entonces yo seré una maquina asexual. "
Tras un receso de algunos años, Erbitterung publica en 1995 "Ein Gespenst geht um in der Welt" una interesante reflexión sobre el sexo, las drogas y el estado de la cultura pop. Para esta ocasión se les unió la soprano Heidi Groller, quien también había participado en proyectos del grupo simphonic goth Larvariam, y quien posteriormente colaboraría con Ergroba del Boyer en el maravilloso "Antithesis Necronomicom" de 1999.
Example
Con Heidi Groeller. 1995

Obligados por su sello discográfico a presentar algo mas comercial, publican en el 2000 su mediocre pero rentable "Pop is lust" despreciado por los críticos pero aclamado por las quinceañeras y prensa especializada. Pop is lust es también una sátira contra los Mass-Media, la sociedad de consumo, el exhibicionismo de los pop-stars y la insensibilidad de las casas disqueras comerciales. Es destacable el tema "Der Fuckenlied" y su inquietante video a cargo de David Lynch.
En esta época, la banda atraviesa por un periodo de crisis, " con Halsinborg
Aficionándose a las demi-mondaines, Kroger internándose en una estúpida adicción al PSB, Clausell saliendo finalmente del Closet " que prácticamente llevaría a la disolución de Erbitterung. Sin embargo logran salvar sus diferencias y publican en el 2003 su "Exiles" una conmovedora reflexión sobre Joyce y su mundo. "James Joyce escribió alguna vez, que podía escribir cualquier cosa, nosotros somos capaces de componer sobre cualquier tema." . La literatura Joyceana, con sus divagaciones y totalizaciones del mundo y el tiempo, son sin lugar a duda el ejemplo más claro de la humillación.
De este álbum programático, son destacables los temas, Nora Barnacle, Giorgio Joyce, Ulysses, y sobre todo la magnifica Lucia Joyce para ondas martenot, 4 voces, piano y ruido de fondo de la cual presentamos un fragmento:


Während Joyce
Sprachunterricht in der Berlitz-School
erteilte, saugte Nora die örtlichen Dialekte
im Nu auf. Es wird berichtet, dass sie
den friaulischen Dialekt ebenso geläufig wie
später das sprach.

Lucia, lucia, lucia joyce!!!

(Tochter Lucia verfiel nach der Schwermut der Schizophrenie)

Während Joyce
.Leichtigkeit. Sie war stolz darauf,
dass Joyce, ein von sich selbst
besessenes, jedem misstrauendes Genie,
sie braucht verlag!!

Lucia, Lucia, Lucia Joyce

(Tochter Lucia verfiel nach der Schwermut der Schizophrenie).

Example

La banda con Franticek Bodor, hijo de Stanislav. 2004

Para los 20 años de la publicación de su primer disco se ofreció una fiesta en Berlín a la cual asistieron Ergroba del Boyer, Thom Yorke, Karlheinz stockhausen, Stanislav Bodor Ulrich Sortenberg de Anhalt Bass connection, entre otros. "David Bowie, que no fue invitado pero intento colarse a la fiesta, le cerramos la puerta en la cara por que no soportamos a ese travesti de mierda". Sobre su ultima etapa que comienza en 2004, podríamos decir que se ha consolidado la calma y la espiritualidad. Bolstack avanza en sus ejercicios de Budismo zen, y alguna vez incluso llego a afirmar "Ya no quiero producir arte. Me limito a vegetar", pero en el fondo, muy en el fondo el resentimiento persiste, pues al igual que la humillación, son eternos.

Bibliografía


1-Kroyd G. Revisiting Foucault- Le transgressioniste. 20, pp 32-37. 1987.
2-Bruyant E. Erbitterung Zeitstung: La musique, l'etre et le rien. En Metamusique. 33, pp 38-45. 1998.
3-Bodor S. Musical Ultraconservaturism: Towards unidimensionality. Aesthetica (1975).
4- Manifiesto de Erbitterung Zeitstung. 1982.
5- Entrevista con Pavel Bolstack, 1989. en Die tatiekienmusiken
6-Bodor S. Biopolítica y humillación: Alineación en el acto/consenso de la neoburguesia. Aesthetica (1977)
7- Bodor, S. Metaliteratura y música: Erbitterung Zeitstung y el conflicto del acto/escritura.

11.23.2006

Periodicidad

Me pides que recupere la entrada que escribí algún día. La entrada en que vilipendiaba a 3 tarados de talla mayor. Me pides que recupere la entrada en que subí una foto del Juglar del Zipa y un muñequito orinando sobre su gran boca. Es lo que quieres? Verdad? Desde esta distancia y desde que el señor Olaya ha seguido hablando y hablando y hablando, pienso que lo que más le ofendió no fue el hecho de haber modificado su estúpida jeta, o el muñequito que tanto le hizo gracia: lo que le chocó fue el hecho de no haberle pedido el respectivo permiso para reproducirla en mi blog, que dígamos, es bastante menor en cuanto "forma y contenido". Me pides que me burle del idiota ese.

Entro a sala de clases. El profesor que me ha dejado el semestre pasado, el que no puede sostener una posición, el que en un minuto dice que A es malo y cuando alguien dice que A es bueno le da la razón sin sonrojarse, ese profesor dice: un periodista se hace en la Empresa. Como entro tarde a sala de clases entiendo mal la referencia a Empresa y me cabreó. El profesor hace referencia a la Empresa Periodística. Al parecer, la combinación debía borrar la confusión. Ya no lo logra. Aún acabado de sentar empiezo a discutir: un periodista no se hace en la Empresa, un periodista nace en la biblioteca. Por eso es que estamos como estamos. Una persona entra a una empresa periodística y empieza a escribir por encargo, escribir por obligación, escribir para la venta. En menos de nada se ha vuelto un mercachifles.

La mala prensa se encargará de refugiar a los anormales, la escoria, a los Infra-Hombres. Somos periodistas clásicos. La concepción moderna no aplica en nosotros: no estamos vinculados a ninguna empresa periodística. Periodistas clásicos en cuanto nuestro principal referente es la literatura y es a partir de un mundo de ficción que observamos el mundo. Periodistas clásicos en cuanto profesamos un hastío a la Empresa Periodística y a los medios que "circunscriben" una realidad amañanada y aséptica. Somos ratas de biblioteca con las huevas de un kamikaze. Tampoco seremos mártires. Pero si la lucha verbal no es suficiente no vacilaremos en llevar el campo de batalla a otros terrenos más vitales.

El profesor habla de la necesidad imperativa de perfeccionar las "competencias". Dice: alguien que no puede trabajar en grupo está mal en la vida. Todas estas definiciones del "perfecto profesional", el "estupendo idiota!", me empiezan a cabrear. Salgo a la calle. Me tomo una cerveza en El Cubo mientras suena Hexonxonx de Skinny Puppy. Hablo con el Barman y me cuenta que fue el DJ de Miranda. Recuerdo esos días como paisajes brumosos. Bajo por la séptima. Dos piltrafitas se me acercan y me ofrecen una USB de 4.0 gigas Sony por 80k. Les ofrezco 20 y me dicen que 40 es su tope. Les ofrezco 35k y me dicen que imposible. Se van por la calle 17. A veces se detienen para observarme. He perdido una buena oferta en la ciudad negra y cuando vuelvo a la 17 no los encuentro. Los demonios empiezan a ejercer su influencia. Miguel Olaya está aterrado en una esquina mientras me transformo. Salto sobre su diminuto cuerpo, le rasgo la camisa y encuentro el corazón. Cuando lo retiro de su cuerpo puedo observar que se trata de un corazón virgen, lleno de inocencia. En realidad se trata de alguien que no ha sabido qué es golpearse contra la realidad. Un buen muchacho y, por consiguiente, me satisfago de su sangre. Voy con Linda Lee al asalto de las Industrias Militares (Indumil). De regreso al infierno. Me hago de un tanque de guerra. Con un Radio-Parlante voy gritando que en una época también fui una pequeña mierdita. El Senador Yonqui golpea indignado la mesa y afirma con toda la autoridad del caso: noción denegada, noción denegada. No descansaré hasta ver la ciudad en ruinas. Armo a las piltrafas de la ciudad y nos vamos a Atlantis Plaza a colonizar los mercados de Miami. En Hard Rock Coffee uno de los chicos: dónde están tus muelas? En el Radio-Parlante provoco a los militares y clamo porque me vuelen la cabeza. Otro acto en la línea de los grandes atropellos. El psiquiatra grita: Adicto, adicto! Le encomiendo la misión a un moreno de 8 años. El psiquiatra improvisa sus actos de arte-marcial, patada voladora, golpe de puño, salto mortal. El moreno se aparta y en un descuido empuja al médico desde la terraza de Tropical Cocktails. El doctor pierde el equilibrio y cae en toda la punta de la guitarra del Hard-Rock Coffee. Los gomelos se retiran: qué boleta, ese man se abrió todo el culo. Armamos la escapada hacia Venezuela. The spirit is alive to Guide Us.

11.20.2006

Daytona

Ya saben que este país es un lugar miserable, que no podría ser, ni de cerca, una alternativa decente en una secuencia de mundos elegibles. Eso lo tienen claro. Si no es así es porque viven en Florida, que les recuerdo, no hace parte de Colombia, o porque creen que Bogotá termina, hacia el sur, en la Plaza de Bolívar. Pues les tengo noticias: no saben una mierda de lo que pasa acá.

Lo digo porque, parece que no tenga nada que ver con esto pero si lo tiene, a mi me gusta viajar en bus. No hablo del frío y aburrido Transmilenio, sino del bus corriente, el que contamina (aparentemente mas que un bus de Transmilenio pero tengo mis dudas al respecto), donde suena reggaetón a mas de 85 dB, conducido por un sudoroso panzón de camisa abierta que maneja mejor que el fracasado del Montoya y acompañado por un lascivo ayudante que recibe las galletas que le da el vendedor ambulante que sube a vender sus productos. Ese bus. Y me gusta porque, uno, no tengo carro, dos, es mas barato y menos peligroso que usar un taxi y mucho más divertido. Pues bien, el viernes pasado, camino al centro, tomo un bus conducido por el panzón arriba mencionado, el cual al llegar a un cruce casi choca con un taxi que se detuvo a recoger a un pasajero en mitad de la calle. Al llegar a un semáforo, un par de cuadras después, el taxista se detiene al lado de la puerta del bus e insulta al conductor con lo de siempre: “pues bájese hijueputa, muy alzado o que?”. Al pasar a verde (el semáforo) el del bus aprovecha y lo adelanta, poniéndose frente al taxi en el siguiente semáforo. En esta ocasión el ayudante, también mencionado (siento la generalización pero en cualquier caso se aplica) baja del bus, mientras el taxista grita algo ininteligible y, nuevamente verde el semáforo, el del bus acelera. Las siguientes ocho cuadras me recordaron lejanas tardes jugando Daytona. En el semáforo siguiente el taxista se para a unos 4 metros de la puerta, destornillador en mano, y amenaza al conductor. Y como la naturaleza es sabia, no le bastó con hacer a un hampón taxista sino que tuvo que darle rasgos mongoloides. Aunque ahora insultaba porque, decía, el bus había rayado el taxi. El conductor del bus no bajó, yo tampoco lo hubiera hecho, y, nuevamente en verde el semáforo, aprovecha para tomar distancia del taxi que ahora lo perseguía amenazando con romper uno de los vidrios traseros del bus. Para ser honesto no se como hizo el tipo para recorrer unas 10 cuadras, pasar dos semáforos sin violar las normas de transito, en cambio violar como 10 recogiendo 5 pasajeros y evitando el taxi hasta que encuentran un auxiliar de policía (el vulgar chúcaro) escampando la llovizna junto a la entrada de un colegio. El ayudante se bajó a quejarse, luego el taxista, y finalmente el conductor del bus. Finalmente, al bus se acerca el taxista a preguntar a los pasajeros de quien había sido la culpa de todo el incidente y, al unísono los pasajeros responden: “suya”. El tipo, frustrado, se sube a su taxi y se larga.


No se de quien haya sido la culpa, si del conductor del bus, del taxista, de la policía por no tener a sus hombres en las calles, de la cultura de violencia en que hemos crecido o del gobierno que no crea oportunidades suficientes que eviten que un par de tipos se maten por pendejadas. De hecho no me importa. Total, solo quería contar la historia.


Foto tomada de shizuoka.cool.ne.jp, por aquello de los derechos y esa mierda.

11.10.2006

Primero

Si el gobierno actual fuera reemplazado por una brutal dictadura respaldada por una malévola inteligencia alienígena, creo que no me molestaría. Aunque sabría que en el fondo las cosas estarían igual.
Si alguien drogara a Jaime Ruiz y a Fernando Londoño y los fotografiara mientras se sodomizan mutuamente con inmensos penes de silicona, me reiría un poco pero en el fondo sabría que no es necesario drogarlos para que hagan eso.
Si a los comentaristas deportivos, incluyendo cabrones detestables y completamente aborrecibles como Iván Mejía y William Vinasco, y a las trepanadas que presentan las noticias del mundo de la farándula, los encerraran y fumigaran con gas sarín, volvería a ver televisión colombiana.... no, me retracto. Esos payasos siempre me divierten.
Si unos cuantos barrios de Bogotá fueran atomizados por armas nucleares detonadas por seguidores malayos de la iglesia de la Fecundidad, que lleven tatuados en la frente grandes coños fluorescentes, estaría mas tranquilo.
Si, después de una lobotomía, los cerebros de los conductores de servicio publico fueran reemplazados por babosas mutantes experimentales, apuesto a que esta sería una mejor ciudad.
Si a Jorge Duque Linares lo dejara la esposa por el portero de la emisora, se quedara sin trabajo, se diera cuenta que su hijo es yonqui y travesti, le diera priapismo y su perro le orinara la ropa, me descojonaría de la risa y correría a comprar alguno de sus libros.
Si Ricardo Arjona y Andrés López fueran filmados en una orgía con 10 prostitutos filipinos, sufrieran horribles deformaciones físicas que les impidiera volverse a presentar en un escenario, y además se les olvidara hablar español, me tomaría un martini satisfecho de mi buena suerte.
Si al padre Chucho y a Mn. Pedro Rubiano le encontraran cinco esclavos en el sótano de su casa, con muestras de su ADN, ya saben en que viscosa forma, creo que no me podrían borrar la sonrisa en semanas. Viejos maracas.
Si los elencos de Sábados Felices y No me lo cambie fueran abducidos, estudiados, analizados y torturados con el mismo suplicio que ellos aplican cada sábado a la teleaudiencia colombiana, volvería a creer en la benevolencia intrínseca del universo.
Si Jota Mario Valencia simple y sencillamente se muriera, y Julio Sánchez Cristo cayera en la indigencia y el bazuco, haría una fiesta de tres días.
Si el 90% de los Bloggers murieran en horrible agonía, carcomidos por una extraña bacteria de la familia del ébola que, además le hiciera un favor al universo comiéndose las inmundicias egocéntricas que escriben, joder, seria feliz!

Agradezcan que no soy Dictador.

(eso, ríase gordo cabrón)

11.03.2006

Editorial

No importa de donde salió la idea. Bueno, si importa, hay un comic que se llama Transmetropolitan (tema que trataré mas profundamente en otra parte. Pinche aquí) y cuyo personaje principal es un cínico periodista llamado Spider Jerusalem. En el primer numero hay dos frases que me gustaron, en una dice, después de volar un bar con un lanzamisiles “If I’m miserable, then everybody’s miserable”; en la otra dice por teléfono “No, sounds crap. Notes from the asshole of the world.” Sería gracioso si no fuera patético que un comic sirva de inspiración a un sitio de estos, y que Spider Jerusalem, quien afirmó que “Si te sientes deprimido, crispado y agotado, entonces estás en el estado de ánimo perfecto para hacer buen periodismo”, resulte mejor periodista que cualquiera de los de El Tiempo o la W, cosa que no extraña, realmente, cuando uno se entera que al cabeza de rodilla del Julio Sánchez Cristo, el mas reputado periodista Colombiano, no le gusta leer. Y mejor ni hablo de los Bloggers del Tiempo, que esos si me deprimen.

Se entiende de que va la cosa?

Personalmente, no creo que queramos competir con la Generación Invisible, ni con el puto Bocha y sus amiguitos de Axxion, ni con EquinoXio que parecen los asistente de un congreso del Partido. Ni somos periodistas, ni artistas sin imaginación ni estilo como Kam, ni roqueros poco sexys como Ascaroth, ni cavernícolas fascistoides como Jaime Ruiz, ni siquiera ñoños disfrazados como Hatemachine o inexplicablemente famosos como Patton. Y no vamos a tener respeto ni consideración con nadie. Defiendan a sus inútiles ídolos con pies de barro.