Entrevista con el escritor Antonio Mora Vélez
Por Camilo Arias y Luis Cermeño
Antonio Mora Vélez comparte junto a René Rebetez el honorable mérito de haber sido uno de los primeros escritores pioneros en Colombia que apoyó su obra sobre el suelo de otros mundos. Por igual, ambos sufrieron la incomprensión de la época y el rechazo tácito a la iniciativa de una imaginación que no diera cuenta inmediata de los problemas locales. Motivo que no los llevó a la desmoralización o al abandono de sus trabajos sino a la reafirmación del género. En términos de René Rebetez: “lo que llamamos ciencia ficción es la crónica más fiel de nuestro tiempo y una guía premonitoria del futuro”[1].
Hace 30 años un escritor local hablando de robots, de viajes al espacio, de investigaciones cruciales desde complejos laboratorios científicos, no podía sino raspar el desasosiego de una sociedad que se veía a sí misma bajo la sombra del subdesarrollo y el margen histórico. Actualmente, cuando deja de parecernos extraño hablar del universo al tener un astronauta orbitando el espacio hijo de una mujer colombiana; cuando estamos aportando desde nuestros laboratorios a la discusión real de la ciencia universal y cuando, efectivamente, contamos con nuestras propias escuelas de robótica e ingeniería avanzada; no podemos sino agradecer a aquellos hombres que se atrevieron a soñar más allá de las ataduras de su tiempo sin que por ello dejaran de expresar una postura crítica con los problemas universales.
Antonio Mora Vélez. Nacido en Barranquilla. “Monteriano absoluto”, como lo describe su amigo José Luis Garcés Gonzáles. Abogado de profesión y escritor de ciencia ficción de vocación. Accede contestarnos unas preguntas desde el futuro, desde la década de los e-mail y los hyperlinks, haciendo un recorrido desde sus primeras lecturas fantásticas hasta hoy.
[1] RENÉ REBETEZ por JUAN CARLOS MOYANO ORTIZ. Crononauta insigne: Capitán del velero de la vida, viajero de sí mismo. REVISTA NÚMERO. Web page: http://www.revistanumero.com/25rene.htm
1- Para empezar nos gustaría saber qué lo motivó a crear historias de ciencia ficción.
R/ Les lecturas de Superman, Tarzán, Buck Rogers y otros personajes de las tiras cómicas y del cine. Películas como Forbidden planet, Flash Gordon conquista el universo, Frankestein y Viaje fantástico, que vi en mis primeros años. Las novelas de Julio Verne y H.G. Wells. Los consejos de un profesor que me hizo leer El Ramayana en la secundaria para que me enterara que por esos tiempos de Rama en la India hubo naves guerreras que surcaban el espacio, rayos letales como el láser y simios que hablaban. Mis lecturas de cosmología que hacía por afición y para preparar las clases de filosofía que dictaba en el bachillerato, y la misma filosofía. Y los libros y revistas de CF que leí antes de empezar a escribirla
2-¿Qué libros considera usted fueron las piedras angulares en sus comienzos como lector y posteriormente como escritor? :
R/ 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne, La máquina del tiempo y El hombre invisible de H.G. Wells; Fahrenheit 451 de Bradbury; Qué difícil es ser Dios de los hermanos Strugatsky; El fin de la eternidad de Isaac Asimov y La nebulosa de Andrómeda y Corazón de serpiente de Iván Efremov, novelas que leí en mis años de estudiante.
3- Debido al considerable tiempo que lleva sumergido en la ciencia ficción ¿cuáles considera han sido los cambios más significativos dentro del género? Y en relación a la anterior pregunta ¿conoce las nuevas tendencias del género y, de ser así, qué opinión le merecen?
R/ El gran cambio se da cuando la CF empieza a ocuparse del cosmos interior del hombre y abandona la pretensión inicial de anticipar inventos y descubrimientos. Y cuando elige como uno de sus temas las repercusiones de la ciencia en la vida y en el futuro del ser humano. Tendencias como la “New wave”, el ciberpunk y todas sus variantes y la anti-ciencia-ficción de C.S. Lewis, son una consecuencia de este cambio de enfoque que transformó la CF en una literatura de ideas que pretende mostrar cuan alto puede ser el precio de la degradación del ser humano por el camino que la ciencia y la sociedad transitan en el mundo de hoy y criticarla desde la perspectiva de los valores del escritor. Algunas obras de Dick llevadas a la pantalla como Blade Runer y Minority report (Sentencia previa) y la Trilogía Cósmica de Lewis son un buen ejemplo de esta ciencia ficción, que yo veo como parte de lo que ella es pero que no creo deba ser la única posible ni menos la única legítima. Pienso que la corriente esperanzadora tiene mucho que hacer en el mundo de hoy todavía. O sea que no soy partidario de la exclusión, de considerar que la ciencia-ficción debe limitarse a tal o cual variante, modalidad o tendencia. Para mí es un género de libertad que admite todas las tendencias y enfoques y su utilización depende de la cosmovisión y del mensaje que quiera dejar el autor, y que no se limita a considerar como parte estructural suya las ciencias básicas o naturales, sino que extiende el campo a las demás ciencias, como lo sostuvo el escritor cubano del género Oscar Hurtado al afirmar que Borges, en algunos de sus cuentos, era escritor de ciencia-ficción ya que el término ciencia, interpretado extensivamente, puede comprender la filosofía (“la ciencia de las ciencias”). Y como lo sostienen hoy, para el caso de lo religioso, C.S. Lewis y Orson Scott Card.
4 – De qué manera cree que afectó la imaginería de la vieja ciencia ficción grandes revoluciones culturales sucedidas luego de los años 80’s como la caída de la Unión Soviética; la marcada incursión de la cibernética en la vida diaria de los individuos; la caída del muro de Berlín; los monopolios de la información por parte de los grandes grupos mediáticos; el terrorismo y el 11 de septiembre; los grandes descubrimientos en materias como genética y biología -sólo por mencionar algunos tópicos generales-.
R/ La CF surgió cuando al hombre se le hizo evidente que el mundo y la sociedad no han sido siempre los mismos, dicen Scholes y Rabkin. Por eso ella evoluciona con los cambios científicos y sociales. La caída de la Unión Soviética, por ejemplo, sepultó el optimismo marxista de alguna CF que se hizo en ese país y que colocaba el comunismo como el fin luminoso de la humanidad. En relación con el monopolio de la información, que es el Gran Hermano pensado por Orwell, está toda la literatura de ciencia-ficción que se inicia con 1984 de Orwell y Fahrenheit 451. Los otros temas que señalan ustedes, en especial los descubrimientos en biología y genética, sin duda aportan un material importante para escribir la Cf de hoy. Sobre todo para bajarla del espacio a la tierra. De hecho ya hay muchas obras que se nutren de estos conocimientos y que nada tienen que ver con la conquista del espacio. Como Clones de Michael Marshall Smith por ejemplo. O Presa de Michael Crichton, que es una novela basada en la nanotecnología, otra revolución de las ciencias.
5- Cuál cree usted que sea el reto más grande para los nuevos escritores de ciencia ficción en un mundo de continuo progreso científico en el que la ciencia parece ir un paso más adelante de la imaginación fantástica.
R/ El reto es escribir bien y no pretender ser como Verne o como Efremov o como Bradbury o como Dick. Y ver en las ciencias un referente que es el marco o el telón de fondo pero que no es la obra. Lo fundamental es la trama, el argumento, los personajes y el mensaje que quiera enviar. Eso sí, para no escribir tonterías, hay que documentarse, sujetarse al inventario actual de las ciencias sin perjuicio de la libertad de poder inventar en este campo lo que pueda y necesite la obra para ser creíble. Y la razón ustedes la insinúan en su pregunta: las ciencias son de suyo fantásticas y al escritor le es casi imposible ir al paso de ellas, mucho menos anticiparse a ellas. Aunque, les aclaro, no es necesario ser un esclavo del dato científico. Todo el mundo sabe que en Venus no hay vida y que ella es imposible en ese planeta y sin embargo Asimov la supone en Los océanos de Venus y lo mismo hace Lewis en Perelandra un viaje a Venus.
6- En la mayoría de cuentos que pudimos encontrar de su autoría, de los años 70’s y 80’s fundamentalmente, imperaba un evidente sentido de optimismo y esperanza por el porvenir de los hombres. Este sentimiento de confianza hacia la raza humana, aún perdura? Qué opinión le merecen aquellos autores que optan por retratar mundos distópicos, casi de darwinismo social, en los que la naturaleza del ser humano queda bastante comprometida?
R/ Es cierto que la ciencia ficción de mis primeros cuentos tiene esa tendencia, sobre todo en Glitza (1979) y en la mayor parte de los cuentos de El juicio de los dioses (1982). Pero hay un cambio a partir de cuentos como Error de apreciación, cambio que es más evidente en el libro Lorna es una mujer (1986) sobre todo por el cuento Los ejecutores. Y que se continúa en varios cuentos inéditos, en los poemarios impresos, en Los jinetes del recuerdo (2006) publicado en la web y en la novela Los nuevos iniciados. Sigo creyendo que la raza humana tiene todo para poder aspirar a dar ese gran salto a las estrellas que impida su desaparición como especie junto con la desaparición del planeta, pero no estoy ahora tan seguro de que no seamos capaces de destruirlo antes con las armas que poseemos o con la contaminación. Por lo anterior me parece lógica y necesaria la variante distópica, sabemos que el hombre es un ser animal que también tiene instintos y atavismos y que se deja irracionalmente llevar por las ideologías, todo lo cual puede desdibujarlo como individuo y como especie. Si no fuera así no hubieran existido Hitler, Pol Pot, Idi Amin, Stalin, y otros más, y no existiera hoy George W. Bush. Y la ciencia ficción está en la obligación de advertirle al hombre las posibles consecuencias de sus errores y terquedades. Pero les aclaro: yo no creo que haya una barrera infranqueable entre lo utópico y lo distópico. Mi novela Los nuevos iniciados, que va a ser publicada este año por Pijao Editores de Ibagué, es una novela distópica y a la vez esperanzadora y está en la onda de utilizar lo esotérico como argumento de ciencia-ficción.
7- Desde un país como Colombia cuál es el valor de escribir ciencia ficción y qué le puede aportar al género?
R/ En mis primeros años encontré la hostilidad de los amigos y lectores que consideraban que no era de buen recibo escribir ciencia ficción en un país de bajo nivel científico y tecnológico como Colombia y con problemas sociales tan graves que obligaban, según ellos, a escribir literatura social comprometida. Pero desde que empecé a vincular la geografía nuestra a mis relatos, los mitos y leyendas nuestros a mis poemas, el mensaje crítico utilizando la extrapolación que lo facilita y la palabra esperanzadora de la ciencia ficción respecto del futuro, mis amigos y lectores que saben que Colombia es un país que no tiene futuro a menos que cambie la orientación, empezaron a mirar mis textos de otra manera. Yo creo que si la ciencia ficción de Colombia muestra las falencias espirituales de esta sociedad deshumanizada, logra su cometido como literatura de ideas. No debemos olvidar que la ciencia-ficción es medularmente crítica y que logra en este campo lo que no logra la llamada literatura realista. En lo que respecta al aporte de la realidad nuestra al género les respondo que la ciencia-ficción es una literatura que por mucha fantasía que tenga hunde sus raíces en la realidad y que toma de ella sus argumentos, sus pensamientos, sus ideales, sus sueños y sus lamentos. En un ensayo que escribí sobre la novela de Daìna Chaviano “Fábulas de una abuela extraterrestre” digo que la ciencia-ficción latinoamericana tiene que ser por fuerza diferente de la anglosajona o la rusa porque nuestra realidad es diferente y porque en ella debe pesar la influencia de nuestra cultura, que es más mágica que racional y científica.
8- De qué forma, si la hay, podría influir la ciencia ficción en nuestro país, teniendo en cuenta la poca cultura literaria existente.
R/ La ciencia ficción puede influir en las escuelas, reforzando en los niños la capacidad de soñar, de pensar en un mejor futuro. Pero no es suficiente. Es poco lo que logra ese capítulo que aparece en los textos de noveno grado. Hay que pensar más en grande, en la TV por ejemplo. Desde luego hay dificultades. De modo que toca repicar y andar en la procesión, estimular el interés por ella entre los jóvenes escritores, en las editoriales, en las colegios y universidades. Divulgando el género con lecturas, charlas y seminarios, publicando en la red, editando revistas, páginas web, organizando grupos de amigos del género y gestionando la edición de nuestros propios libros. Y bueno si de influir se trata, la ciencia-ficción tiene todas las herramientas para hacerlo si llega a los lectores, por eso la necesidad de crear las condiciones para que eso suceda.
9-Somos concientes de que ha habido un paso significativo en el que la ciencia ficción ha dejado de quedar excluida a las publicaciones de kiosco o pulps y ha empezado a considerarse como un género válido por críticos y lectores. No obstante, parece ser un género no muy tenido en cuenta en la organización de festivales y eventos literarios, como los que están de moda por estos días. Considera importante generar un espacio para la ciencia ficción en estos eventos? Estaría dispuesto, dado el caso, a ser participe de ellos?
R/ Lo que ustedes dicen es cierto, ya se nota un cierto cambio. En la Costa me invitan a ofrecer charlas sobre el tema. Hace dos años dicté en Santa Marta una conferencia sobre ecología y ciencia-ficción titulada El mar en la CF y ofrecí un recital de mis poemas esotéricos, cósmicos y apocalípticos. Hace poco fui a Bogotá a una semana de la ciencia-ficción que organizó la Biblioteca de la Universidad Nacional. A mediados de la década del 90 fui jurado junto con René Rebetez y William Ospina en un concurso nacional de cuentos de CF auspiciado por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá. Por esa misma época participé en una Feria Internacional del Libro, junto con Rebetez y Germán Espinosa, en una mesa redonda sobre el tema. De modo que sí, estoy disponible en la medida de mis posibilidades para colaborar en la tarea de divulgación del género. Pero falta promoción de las editoriales en los eventos y festivales y que crean en los nuevos cultores colombianos del género. Toca aplaudir y agradecer por esto la edición de la reciente Antología de la literatura fantástica de Colombia hecha por la Universidad Sergio Arboleda con prólogo del crítico y escritor del género, Campo Ricardo Burgos, y la aceptación por parte de la Universidad de Caldas de un proyecto editorial que incluye un libro mío con una selección de mis mejores cuentos y de los hasta ahora inéditos, con prólogo del profesor universitario, filósofo y escritor de CF, Orlando Mejía Rivera. Debo agradecer también a la Corporación Universitaria del Caribe (CECAR) de Sincelejo, la edición de cuatro de mis libros: Ciencia-ficción: el humanismo de hoy (1996) Los caminantes del cielo (1999) El fuego de los dioses (2001) y La estrategia de la solidaridad (2006).
10- En la actualidad qué tipo de lecturas prefiere y, si se puede saber, qué se encuentra leyendo?
R/ Yo leo de todo. Pero leo ciencia-ficción para no perderme su atmósfera, para mantenerme ligado al género y saber qué aportan los escritores consagrados del exterior en materia de temática y de recursos literarios. Para estar actualizado, en dos palabras. Y porque si bien tengo inéditos un par de novelas, un libro de cuentos y un poemario, todos de literatura realista, no puedo convertirme en otro desertor del género, por el contrario, para servir de estímulo a los nuevos y mejores valores debo seguir en la brega hasta que el cuerpo aguante. Ahora leo Esa horrible fortaleza, la tercera novela de la trilogía de C.S. Lewis. Y después tengo en turno varias novelas de las conocidas sagas de Orson Scott Card.
Sincelejo, enero 21 de 2008